martes, 12 de agosto de 2014

ENSAYO FINAL

EL SUPERVISOR EDUCATIVO DESDE LA DOCENCIA

De manera inicial, quisiera resaltar que la supervisión educativa debe socializarse ante la comunidad educativa como lo que verdaderamente es: Una labor que pretende el mejoramiento del quehacer educativo a nivel integral, a partir de una evaluación objetiva de las distintas acciones que componen el desarrollo dentro de la academia. Y resulta importante resaltar este elemento porque en muchas ocasiones (Especialmente en nuestra cultura), toda autoridad, o toda persona que quiera corregirnos y/o evaluarnos la vemos como un enemigo. Y en el caso del supervisor docente, que es el tipo de supervisión que queremos trabajar en este ensayo, n oes la excepción de la regla.

Manuel Fermín nos expone muy bien la labor de un supervisor docente: “Un supervisor docente tiene como función principal, asistir a los educadores para ayudarlos a mejorar el proceso de enseñanza mediante la aplicación de técnicas y procedimientos especializados los cuales provienen de un proceso de planificación”[1]. En ese sentido es clave determinar que el supervisor docente debe ser un docente más, o en su defecto alguien con la experiencia pedagógica que le permita evaluar y mejorar las prácticas de los maestros a supervisar. “La base formativa del supervisor es el conocimiento teórico y práctico de la educación, particularmente de la enseñanza institucionalizada”[2]. Y es que el supervisor docente en ese sentido es un asesor, un acompañante del proceso educativo que busca mejorar y potencializar la labor de los docentes.

De ahí la importancia que tienen los supervisores en lograr que el mismo docentes sea quien tome la iniciativa de mejorar, de probar nuevos métodos pedagógicos, de autocuestionarse, de mejorar continuamente. Por ende, el supervisor debe ser un motivador, un gestor de mejoramiento. “Bajo el punto de vista dinámico, la supervisión deberá entenderse como los esfuerzos llevados a cabo por la escuela con el objeto de llevar a los maestros y demás personas que tienen a su cargo el desarrollo y la conducción del proceso educativo a ejercer un liderazgo que tienda al perfeccionamiento del mismo”[3].

Ahora bien, la labor del supervisor docente, también alcanza a permear el quehacer del estudiante, pues es el estudiante un eje fundamental de la acción educativa. Cabe anotar que la enseñanza es un proceso en el que todos los actores deben aportar sus elementos y por ende el alumno también es susceptible de ser potencializado. “La supervisión escolar es un proceso que tiene la responsabilidad de evaluar el potencial del alumno, así como analizar la puesta en marcha de sus capacidades, conocimientos y actitudes construidas a lo largo de la carrera. Es por ello que el proceso de supervisión en el campo ven involucrados los valores, las capacidades y las expectativas del supervisor y del alumno”[4].

Ahora bien, otro reto importante para el supervisor resulta ser la validación (reconocimiento) de su labor y las garantías de objetividad para el mismo. Al respecto, presento la siguiente reflexión de Francisca Serrano. “Para conseguir este reconocimiento es necesario: conseguir la autonomía (no necesariamente independencia) profesional respecto de los gestores directos, combatir la injerencia de otros funcionarios en los campos profesionales específicos, denunciar cualquier intento de manipulación profesional y no aceptar tareas impropias”[5].

Así pues, la labor del supervisor docente  es una labor necesaria, pero no siempre bien recibida. De ahí el reto del supervisor por persuadir, asistir, acompañar e iniciar los procesos correspondientes y necesarios para mejorar la práctica docente dentro del aula. Práctica que bien sabemos parte del maestro pero permea en el alumno. Y por último, cabe también reiterar la necesidad imperativa de que el supervisor pueda tener la autonomía y las garantías necesarias para poder cumplir con su labor.




[1] Fermín, Manuel; "Tecnología de la Supervisión Docente", Editorial Kapelusz, Argentina, 1980. Pág. 12 y 13.

[2][2][2] Teixidó Planas, M. (1997): Supervisión del sistema educativo, Ariel, Barcelona.
[3] Nérici, Imideo G.; "Introducción a la Supervisión Escolar", Editorial Kapelusz, Argentina, 1986. Pág. 9.
[4] BITS nº 11, Abril 2007Boletín Informativo de Trabajo Social - ISSN 1578-9578
[5] LOS CUATRO RETOS DE LA INSPECCIÓN EDUCATIVA. Francisca Serrano Adán - Inspectora de Educación de la Comunidad de Madrid.

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